Unos Ojos marrones: Capítulo 14

-He tenido una idea maravillosa.- Ethel exclamó con entusiasmo cuando Claire y ella se hubieron acabado el té. -Es posible que ya te haya hablado de la asociación de mujeres de la que formo parte.- Claire asintió. -Bien, pues todos los años preparamos una pequeña actuación en el Día del Fundador. No hacemos nada sofisticado, tan solo un poco de diversión para el vecindario.- ¿El Día del Fundador? Ethel debió de percatarse del gesto de extrañeza de Claire, porque de immediato le dio una explicación más detallada. -Es nuestra festividad local, por si no lo sabías. 

Claire volvió a asentir, atenta a lo que Ethel iba a decirle a continuación. -Y nos encantaría que participaras. ¿Qué te parecería interpretar alguna de tus composiciones? ¿Crees que podrías dedicarnos algo de tiempo? Seguro que te distraerías, y echo tanto de menos escucharte tocar.

Claire no se esperaba semejante invitación, y por tanto no sabía qué contestarle. ¿De verdad le estaba pidiendo que actuara en público? Nunca había actuado más que para unas cuantas niñas del colegio, y de eso hacía una eternidad. No estaba segura de poder hacerlo de nuevo, y mientras jugueteaba con la magdalena a medio comer, pensó en rechazar amablemente la oferta. Pero entonces recordó la promesa que se había hecho unos días antes. Iba a disfrutar de la vida y a hacer lo que le apeteciera.

-De acuerdo, lo haré. ¡Cuenta conmigo!- Contestó finalmente, con mucha más seguridad en su voz de la que realmente sentía.

-¡Bien!- Ethel se comió el último trozo de magdalena, y se relamió los dedos. Su felicidad era evidente. -La Claire que conocía hubiera mostrado esta iniciativa. Vamos a pasarlo muy bien, ya lo verás...

********************

El piano vertical de Ethel era perfecto para que Claire ensayara, y por ese motivo se pasaba la mayor parte de su tiempo libre en casa de su amiga tocando aquel instrumento viejo pero fiable. En ocasiones Caroline aparecía por allí para hacerle compañía. Y a Claire aún seguía sorprendiéndole que la niña mostrara un interés tan desarrollado por la música a una edad tan temprana.

-Caroline, ¿qué te parece si me tomo un descanso y me enseñas esa nueva canción que has aprendido?- Claire le dijo a la niña, mientras dejaba que los últimos compases de la melodía que estaba tocando resonaran por toda la habitación.

La amplía sonrisa de Caroline fue respuesta suficiente para Claire, que esperó con paciencia a que la niña fuera a su cuarto a buscar la partitura que necesitaba y volviera para interpretarla con ella.

-¡Qué bonito ha sonado eso, cariño!- Claire animó a Caroline cuando ésta hubo terminado. Ésta, a su vez, sonrío con orgullo y se fue a buscar a su hermana para decirle lo buena intérprete que era, para gran diversión de Claire.

De nuevo en solitario, Claire se puso a practicar un poco más antes de dejarlo por ese día. No había pasado más que unos minutos al piano cuando oyó cómo se abría la puerta de entrada y un soplo de aire entró en la habitación. Incluso a pesar del repentino escalofrío que sintió, se alegraba de que las noches comenzara a refrescar. Eso significaba que el otoño estaba al caer, y le aliviaba saber que ya no se sentiría tan extraña por ir tan abrigada. Oyó unas voces que venían desde el recibidor y se aproximaban con rapidez.

-¿Has venido a ver a Jack?- Claire escuchó cómo Ethel hablaba con el visitante. -Ya veo que ha vuelto a convencerte para que le acompañes en su excursión anual.

-Ya sabes lo convincente que puede llegar a ser,- contestó el visitante. -Me ha estado hablando de un sitio para pescar que ha descubierto. ¡Y por supuesto no puedo decir que no a eso! Pero bueno... ¿qué tal le va a mi hermana favorita?

Oh, no, era Andrew. Claire se levantó del piano a toda prisa justo en el momento en que llegaron a la sala. A juzgar por la cara que puso Andrew, era evidente que se sorprendió de verla allí.

-¡Claire, no esperaba verla por aquí!- Exclamó mientras se ajustaba la corbata, ya de por si perfectamente anudada.

Claire agachó la cabeza, para intentar tranquilizarse y pensar una respuesta. Era la primera vez que se veían fuera del trabajo desde la noche del concierto, y le incomodaba no saber qué reacción se esperaba de ella. -Si... Estaba... He estado..."

-¿"Claire"? ¿Os llamáis por el nombre de pila?- interrumpió Ethel, sonriendo ampliamente. -Ya veo que os lleváis bien.

Ethel se llevó entonces un dedo a la barbilla y miró a su hermano, como si quisiera provocar una cierta respuesta en él. Pareció satisfecha al verle fruncir el ceño, y añadió con una media sonrisa. -Claire va a actuar en el festival, por eso estaba ensayando ahora. ¿No lo sabías, Andrew?

-No tenía ni la más remota idea.- Fue la única respuesta que éste le dio, aunque tenía los ojos fijos en Claire mientras hablaba.

Entonces, se hizo un silencio incómodo, y a Claire comenzó a latirle con fuerza el corazón al pensar qué podría haber hecho mal. Pasado un rato, Ethel se aclaró la garganta y volvió a hablar. -Bueno, ya que estás aquí, ¿qué tal si le digo a la cocinera que nos prepare un café para los tres mientras esperamos a Jack?- Y así, Ethel se marchó de la habitación, dejando a Claire y Andrew solos en tan incómoda situación.

-¿No pensaba decirme nada?- Le preguntó secamente el Dr. Stuart, y Claire pudo notar por su tono de voz que estaba ligeramente molesto. 

-Lo... lo siento. Pensaba... No creía que fuera importante.- Claire intentó disculparse lo mejor que pudo, avergonzada por haberle enfadado de alguna manera. -No estaba segura de si querría saber que yo...- E irónicamente, la verdad era que desde el principio hubiera querido decírselo, pero había supuesto que a él no le iba a interesar la noticia.

Las facciones del Dr. Stuart se suavizaron, no obstante, y éste contestó en un tono mucho más sosegado. -Pues claro que me hubiera gustado saberlo. Pensaba que... ¿No tenía una mayor confianza en mi últimamente?

Andrew comenzó entonces a rascarse la chaqueta despreocupadamente, y sonrío por primera vez aquella tarde. -Me aseguraré de ir al festival ahora que sé que tendré ocasión de volver a escucharla.

********************

Jack llegó a casa poco después de que hubieran terminado el café, así que los dos hombres se fueron al despacho para concretar los detalles de su excursión. Ethel le hizo un gesto a Claire para que se sentara junto a ella en el sofá, sonriendo sospechosamente.

-Así que... mi hermano y tú... os llevais muy bien, ¿no?- Esa pregunta tan directa cogió a Claire por sorpresa, que se giró para mirarla con cierto recelo. -Me pareció ver hace un rato cómo os lanzabais miradas el uno al otro.

-Yo..., bueno..., el otro día me invitó a ir a un concierto.- Claire cerró brevemente los ojos, sonriendo para sus adentros al recordarlo.

-¿De verdad? ¡Ése es mi hermano!- La inesperada explosión de felicidad de Ethel hizo que Claire abriera los ojos justo para ver a su amiga con una gran sonrisa. -Quiero decir... Ya te habrás dado cuenta de que a veces tiene un poco de mal genio, pero es un gran hombre. ¿Me permites que te diga que haríais una pareja estupenda?

-¿Pareja? No es lo que piensas... Él solo trataba de ser amable.- Había algo en esa palabra, pareja, que hizo sentirse a Claire confusa y agotada de repente. Había estado demasiado ocupada pendiente de sus emociones contradictorias desde que él la besara, como para enfrentarse a ello de un modo más racional; pero el momento en el que Ethel se lo hizo ver, Claire se hizo consciente de la delicada situación en la que se había metido, y comenzó a reflexionar sobre las nefastas consecuencias de su comportamiento imprudente.

********************

Nota de la autora: A partir de ahora no creo que pueda subir más de un capítulo al mes. Por diversos motivos se están volviendo cada vez más complicados, y eso lleva bastante tiempo, así que no puedo ir más deprisa. Lo siento por el inconveniente, y espero que sigáis leyendo esta historia.

Gracias por vuestra paciencia :-D.