*WARNING: This blog is intended for a mature audience. Its contents may include adult situations, violence and sensitive issues that some people might find disturbing. Please read at your own discretion.

22 March 2014

Unos Ojos marrones: Capítulo 18

Nota de la autora: Normalmente pongo la N/A al final del todo, pero esta vez voy a hacerlo al revés, para no estropearos la lectura. Éste es un capítulo muy, muy especial porque lo preparé para un día muy especial, y es que, si le habéis echado un vistazo a la versión en inglés os habréis enterado de que el 14 fue MI CUMPLEAÑOS :-D.

Antes de que nadie me pregunte por los colores que he escogido para el mercadillo, representan la Union Jack, que era (creo) la bandera más utilizada en Canadá en aquella época.

Y ya, sin más, os dejo que leáis el Capítulo 18. ¡Disfrutadlo!


:-D :-D :-D :-D

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"Sea la música el alimento del amor, sigue tocando." William Shakespeare, Noche de reyes.


Unos-ojos-marrones-Capitulo-18-I

Tan pronto como Andrew llegó a City Hall Square se sintió admirado por lo bien que habían decorado la plaza para el festival anual. Él no era de esas personas que disfrutaran con celebraciones tan artificiosas, pero tenía que admitir que tanto los comerciantes como las asociaciones femeninas se habían esforzado al máximo para que la ciudad estuviera aquel día lo más bonita posible.

Echó un vistazo por toda la zona, y vio enseguida el puesto de Ethel, dónde seguro que ya estaría ella vendiendo sus famosas colchas. Compraría una; eran muy cálidas, y la certeza de que todo el dinero que se recaudara se destinaría a mejorar el refugio para niños, le ayudaría a conciliar mejor el sueño.

Unos-ojos-marrones-Capitulo-18-II


Pero entonces la vio. A Claire. Relajada, charlando con Ethel...: no era una imagen que quisiera perderse. Su mera presencia eclipsaba a todas las demás bellezas que la rodeaban.


Unos-ojos-marrones-Capitulo-18-III


Andrew se aproximó a ellas, interrumpiendo su conversación: -¡Vaya, vaya! Mira a quién me he encontrado. A tres damas verdaderamente encantadoras.

Su comentario se vio recompensado con la alegre risita de Becky al oirse llamar dama y con un súbito rubor que asomó a las mejillas de Claire. Y eso que las mujeres llevaban fama de ser difíciles de complacer.

La reacción de su hermana, sin embargo, le pilló por sorpresa, ya que se limitó a mirarle de reojo, extrañamente callada.

-Ethel, me preguntaba si podrías arreglártelas sin Claire un rato. Me gustaría llevarla de paseo antes de su recital.- Se dirigió entonces a la otra mujer. -Bueno, si tú quisieras, claro.

-Estaría encantada,- contestó Claire, sonriendo. Andrew se alegró de encontrarla de buen humor, tan acorde con el suyo propio.

-¡Por supuesto! ¡Id a divertiros!- ¡Ah, esa sí que era su hermana! Esa respuesta tan alegre era más de su estilo. -De todas formas ya estaba acabando.


Unos-ojos-marrones-Capitulo-18-IV


Andrew le ofreció el brazo a Claire, y juntos dieron un breve paseo por el mercado callejero. -Y bien, ¿te has divertido hoy?- Le preguntó él para iniciar la conversación.

-¡Oh, si! Tanto color, tanta alegría... Todo el mundo parece tan feliz, tan despreocupado...- ella suspiró. -Es... refrescante.

-Me alegra oír eso. Pero lo mejor del festival está aún por venir.- Se refería, por supuesto, al concierto de Claire.


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Unos-ojos-marrones-Capitulo-18-V


A Andrew le hubiera gustado prestar más atención a sus profesores de poesía cuando era estudiante; quizá así hubiera comprendido el título que Claire había elegido para la pieza: Aurora bajo la niebla... Era evocador, pero podía significar tantas cosas... Sin embargo, Andrew era capaz de apreciar la fuerza de su música, y algunos de los acordes más intensos consiguieron estremecerle. Era como si el alma de Claire hablara a través de las notas.




-Tenías razón sobre ella, Stuart. Es una gran pianista. Con algunos detalles por pulir, tal vez, pero con un talento innegable.- Tan fascinado estaba Andrew, que apenas prestó atención a lo que Williams le estaba diciendo. Pero las siguientes palabras de su amigo no le pasaron desapercibidas. -La intensidad que domina todo el pasaje es sobrecogedora. Hay furia en esa composición, y un dolor intenso, y algo más completamente diferente que no alcanzo a captar del todo. O bien tiene una gran imaginación o bien ha sufrido una emoción... no sé muy bien cómo expresarlo... muy fuerte; un trauma, quizá.




¿Un trauma? Bueno, quedarse viuda de forma tan prematura podría provocar emociones realmente intensas; emociones a las que ella, obviamente, trataba de sobreponerse. Claro que... a Andrew le daba la impresión de que había algo más. Eso por si mismo no podía explicar el extraño comportamiento que mostraba Claire en ocasiones.




Y fue entonces cuando recordó lo que Lawrence le había dicho cuando fueron de pesca. Andrew alzó la mirada hacia adelante, hacia el lugar en el que Lawrence y su mujer estaban sentados, perdido nuevamente en sus pensamientos.




Las manos de Claire. Unas manos que le impresionaban al acariciar con agilidad las teclas del piano. Sus manos sin anillo. Como era soltero, no podía saberlo con seguridad, pero tenía la impresión de que las mujeres le daban mucha importancia a estas cosas. El hecho de que no llevara alianza tenía que significar algo. Si tan solo pudiera adivinar qué...




Se fijó en ese momento en cómo Ethel se dejaba abrazar por su marido. Era conmovedor ver a su hermana tan feliz con su pareja. Pero entonces, cuando volvió a alzar la vista hacia el escenario, el contraste le resultó más impactante: la dama sentada delante del piano, con sus ademanes dignos pero inaccesibles, era lo opuesto a aquella alegre cotidianidad.



Una vez terminado el recital, Andrew y Williams acudieron al encuentro de Claire en el foso de la orquesta. Ella se les acercó, sonriendo. -Sr. Williams, me siento honrada, y un poco avergonzada, de haberle tenido entre el público.

-Me alegra saber que me recuerda, Sra. Parker. Y por favor, no se subestime. Su técnica y la composición han sido impecables. De hecho, estaría dispuesto a ofrecerle un puesto como profesora de música en mi academia, en caso de que quisiera cambiar de empleo.




Pero cuando Claire le dio su respuesta, no miraba a Williams. En lugar de eso, lo estaba mirando a él. -Se lo agradezco, Sr. Williams, pero mi ocupación actual me satisface. Por el momento, no deseo cambiar de trabajo.

Ese comentario tranquilizó a Andrew, ya que, a pesar de lo feliz que se sentía por Claire, habría lamentado terriblemente perderla como ayudante. -Tu interpretación ha sido sublime,- le dijo honestamente.

Y todavía quedaba otro espectáculo antes de que terminara la velada...

La llevaría a lo alto de la colina, dónde podrían ver las luces sin que nadie les molestara. Hoy no quería compartir a Claire con nadie. La quería solo para él.


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Andrew agradeció la suave brisa; al menos el tiempo estaba de su parte. Cuando alcanzaron la cumbre, se vieron rodeados por un gran número de farolillos de papel, que le daban al lugar una tonalidad de ensueño.




Andrew se quedó encantado al escuchar a Claire, al parecer embelesada, hablar de este modo: -No había visto nada tan hermoso en toda mi vida.

Ni él tampoco. Pero ni tan siquiera estaba mirando al cielo. Los ojos de Claire acostumbraban a expresar una sabiduría impropia de su edad, pero esta noche su rostro no reflejaba sino su gran juventud. Le resultaba muy placentero verla tan vital por una vez. Se prometió a si mismo que algún día descubriría cómo se conectaban estas dos facetas.

-Puede...,- a Claire le tembló la voz cuando habló a continuación. -Puedes llamarme...,- tragó saliva, sin que le desapareciera por completo la sonrisa. -...flor, si quieres.

Andrew no comprendió al principio el comentario, pero era evidente que, fuera lo que fuese, a ella le resultaba difícil admitirlo. Recordó entonces aquel incidente la última vez que la besó. Pero hasta ahora no había sospechado que fue precisamente aquella palabra cariñosa lo que le había molestado. Este pensamiento le dejó aún más perplejo.




Le acarició la cara con la mano, y le obligó a mirarlo. Cuánto deseaba poder leer en esos ojos, pero seguían tan enigmáticos como siempre. ¿Qué habría querido decir con eso? Había tantas cosas que quería saber. Tantas cosas que quería decirle... Pero eso sería después. Ahora no.

A pesar de lo mucho que se resistía a besarla de nuevo, la tentación era demasiado fuerte como para ignorarla. Además, percibió algo diferente en el comportamiento de ella; esta vez no había señal de estremecimiento en su cuerpo, e incluso notó que se había atrevido a dar un paso más hacia él. Parecía estar esperando algo, deseosa. Andrew tenía que comprobarlo.



Le rodeó la cintura con el brazo izquierdo mientras la mano derecha se enredaba en su pelo. Sintió en seguida cómo los brazos de Claire comenzaban a abrazarle, y aprovechó la oportunidad para acercarle la boca a la suya.



Andrew no tenía prisa; quería que el beso le mostrara a Claire lo mucho que sentía por ella. Pero le cogió completamente desprevenido la intensidad con la que ella respondió a sus caricias. Se aferraba a él con una pasión, desesperación casi, que él no sabía que poseyera. Era posible que su corazón aún perteneciera a otro hombre, pero esa noche sintió que Claire era suya. Suya por completo. 




Capitulo-19Capitulo-17

8 comments:

  1. Por Dios!!
    Capítulo intenso, profundo, hermoso, sensiblero, romántico, ¿qué más podemos pedir?
    Me ha encantado, y sobre todo, el acercamiento de Claire que parece ir confiando más en su persona y en la de Andrew. Es lo que se merece la pobre, aunque me temo que cualquier detalle malinterpretado al final dará al traste con estos buenos momentos...
    Claire es guapísima y siempre consigues que sus gestos se adecúen perfectamente a la situación, es fantástico.

    Atenta como siempre al siguiente capítulo, esperando lo que haga falta guapa.

    P.D.: Muchas felicidades, aunque algo atrasadas, no sabía que había sido tu cumple el día 14. Muchos besos!

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    1. ¡Wow! ¡¿Todas esas cosas es mi capítulo?! :-O :-D. Jeje, y sensiblero, ¿no? Pues te advierto que no has leído nada todavía, ahí lo dejo... ;-)

      Si, lo has descrito muy bien, Claire va confiando cada vez un poquito más en la gente (en Andrew, en especial), pero siempre queda esa "sombra" de que alguno de los dos va a hacer/decir algo "inapropiado" que eche por tierra sus momentos mágicos.

      Muchas gracias por leer, por tus comentarios que siempre me sacan una sonrisa, y por las felicitaciones, claro :-D.

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  2. Pero que bonita te ha quedado! Y las descripciones son maravillosas, en serio me transportas a tu mundo :)
    Quiero saber que ocurre después!
    Un beso :)

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    1. :-D Muchas gracias por pasarte y comentar :-D.

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  3. Hola Marta o Masar!! Tienes un blog muy creativo...y veo que en realidad, es una novela,...ambientada en una época que me gusta mucho. Espero que tengas mucha suerte.
    ¡¡Los Sims!! ¡¡Qué recuerdos!! No tuve la oportunidad de verlos así,...habría disfrutado mucho más.
    Ánimo!!

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    1. Ah, llámame Marta, si quieres :-). Bueno, si, podría llamarse "novela", aunque esa palabra me da un poco de vértigo, si te digo la verdad... A mí también me gusta mucho esta época, sobre todo por los cambios que empezaron a fraguarse en lo que a los derechos de la mujer se refiere.

      Y sí, todo lo hago con Los Sims. Prácticamente he convertido el juego en un inmenso plató de cine, jeje...

      Muchas gracias por pasarte y por comentar :-D.

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  4. Un capítulo precioso, como todos muy bien cuidado y narrado, pero esta vez muy romántico también. Me encanta la gentileza con la que Andrew la trata, es un hombre muy comprensivo y seguro que consigue hacerla muy feliz. ¡Tengo muchas ganas de saber cómo sigue! Un beso preciosa, y sigue así!

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    1. Ay, Andrew es un encanto, y el pobre está más celoso de... ¡bueno! ¡si supiera de quién está celoso...!

      Creo que el próximo capítulo lo tendré ya preparado prontito (la semana que viene o así). Muchas gracias por leer y comentar :-D.

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